Muchas personas en algún momento han experimentado el miedo escénico. ¡Yo soy uno de ellos! Pero siempre que veo TED Talks o grandes speakers dando una conferencia, pienso.
"Wow, me gustaría aprender a hablar en publico como esta persona. Parece que ha nacido para ello".
Y sí, es verdad que pueden haber personas con un don especial. Pero la mayoría de estos grandes speakers con fruto de la disciplina, la voluntad, la preparación y la experiencia.
Hoy te traigo grandes consejos y técnicas para hablar en público de grandes speakers, como Simon Sinek, Dale Carnegie, Chris Gardner, etc. Intenta aplicarlos en tu día a día, cuando tengas la oportunidad de hablar en una reunión en la oficiona o, incluso, con tu familia, y verás que tu facilidad para hablar en público mejorará rápidamente ¡Allá vamos!
El miedo escénico o glosofobia no es la única razón por la cual las personas evitan hablar en público. Sin embargo, esta habilidad puede serte de gran ayuda tanto en el plano personal como en el profesional. Esto puede verse reflejado en eventos corporativos o sociales donde tienes que sacar a relucir tus dotes de orador.
Por ejemplo, es posible que te asignen para dar una conferencia sobre tu empresa, una charla motivacional para el personal contratado o la presentación de un proyecto importante. Las oportunidades para hablar en público abundan y en algunos casos puede significar un avance para tu carrera o para manejar ciertas situaciones sociales.
Mientras que la capacidad de vencer el miedo a hablar en público y mostrarse con confianza en estas situaciones puede ayudarte, no tenerla puede hacerte tropezar. Si no sabes cómo hablar en público sin temor, puedes perder esa promoción que querías debido a una mala presentación, quedar mal con tu nuevo equipo de trabajo o fallar con un cliente importante.
La importancia de ser un buen orador no se puede subestimar. Ya no solo a la hora de impartir una charla, sino de comunicarte en el trabajo o incluso con tus familiares y amigos. Una persona muy sabia una vez:
Muchas veces no es tan importante lo que hagas, sino como explicas a los demás lo que has hecho. De esa forma pueden entender el valor que aportas en el proyecto.
Bueno, creo que la frase lo dice todo. Así que vamos ya a por nuestra lista:
Una forma de aprender a hablar en público es conociendo bien a las personas que van a asistir a tu presentación. Dentro de este análisis, hay varios elementos que debes considerar: edad, tamaño, género, religión, educación, experiencia, nivel socioeconómico, amigabilidad/hostilidad y si te conocen o han escuchado de ti.
Si estás experimentando dificultad para hablar en un salón lleno de extraños, recuerda que la mayoría de los presentes realmente quieren que te vaya bien. Al menos que sea una audiencia demasiado hostil, no tendrás que preocuparte por conectar con ellos. En todo caso, lo importante es que no descuides tu preparación antes de cualquier evento.
Una manera eficaz de combatir el pánico a hablar en público incluye una buena estructuración del mensaje. Este marco de referencia requiere que establezcas:
Así tendrás las ideas más claras, lo cual resulta de mucha ayuda ante preguntas inesperadas.
Esta planeación también significa que debes atrapar a tu audiencia durante los primeros 30 segundos. Por eso el gancho inicial debe ser algo simpático, identificable, impactante o intrigante. La sugerencia principal es que conozcas bien el material, interésate de forma genuina con el tema y elabora buenas historias con un cierre memorable o una pregunta que deje a todos pensando.
Esta famosa cita del fallecido Dale Carnegie, aún tiene mucha vigencia para abordar una presentación estructurada. Más que una recomendación para repetir lo mismo 3 veces, en realidad incluye 3 niveles diferentes. En el primero enmarcas el tema con respecto a las necesidades de la audiencia y le dices que ambos recorrerán juntos el camino.
A esto le sigue la parte de la historia, donde usas humor, anécdotas, estadísticas, casos de estudio y más para comunicar el mensaje principal. Por último, llega el cierre, que no puede ser una repetición de lo que has dicho. En este punto, el final debe ser memorable, impactante y que no puedan sacarte de su cabeza por algún tiempo.
La ruta segura para ganar confianza al hablar en público consiste en practicar cada aspecto de tu guión. La recomendación es que ensayes tu discurso frente a un espejo, en voz alta y con todo el equipo que vas a utilizar. No dejes de incluir pausas, respirar profundo, cronometrar cada sección y dejar tiempo para sorpresas.
Dependiendo de la importancia de la ocasión, puedes tomarte una semana o 1 mes para preparar el material. Ensáyalo en tu cabeza durante tus ratos libres, como el almuerzo, haciendo ejercicio o frente a tus seres queridos. También es bueno grabarte para ajustar aquello que no parece fluir.
Una de las cosas que puede causarte mayor estrés al momento de hablar el público, es la preparación del lugar donde harás tu presentación. Como no hay que dejar nada al azar, avísale con anticipación al anfitrión qué equipos vas a usar. Por ejemplo, si vas a emplear un atril con micrófono o si tu preferencia es un micrófono inalámbrico para estar más cerca de la audiencia.
Si vas a usar una presentación en PowerPoint, comunícale al anfitrión que disponga del ordenador y el proyector. Lleva el slideshow en un pendrive y tenlo en diferentes formatos para evitar cualquier incompatibilidad. Para prevenir algún problema con el puerto USB del aparato, guarda también una copia del archivo en la nube (Dropbox, Drive, etc.).
También te recomiendo que llegues al sitio del evento mucho antes. Así puedes sondear el salón, revisar los elementos que podrían hacerte tropezar y ajustar cualquier detalle técnico. Cuando vayas a hablar en público antes que otros, debes asegurarte de encontrar el espacio vacío. Si el escenario está muy caliente o frío, pide que hagan los ajustes para mayor comodidad.
Toma como ejemplo a los atletas profesionales que entrenan incansablemente y se visualizan a sí mismos como ganadores. Para vencer la dificultad para hablar frente a otros, puedes imaginar este tipo de situaciones cuando estás ensayando tu discurso. Piensa en las señales de aprobación, risas, aplausos y como la gente te hace preguntas al final de una excelente presentación.
El pensamiento positivo es esencial para entender cómo enfrentar el miedo, dejar la inseguridad y aumentar la confianza. De otra manera caes en el autosabotaje que te paraliza y no te deja expresarte con claridad. Las afirmaciones y visualizaciones sirven para darte mayor seguridad y al mismo tiempo alimentar esos sentimientos de éxito.
A pesar de que sufras de glosofobia, hay que entender que los nervios son una expresión natural que no está relacionada con tu performance. Antes de pensar en el miedo al fracaso y los síntomas asociados con la adrenalina, es preferible enfocarse en la audiencia. Recuerda que estás tratando de dar un mensaje, enseñar algo o aportar valor.
Entiende que el pánico escénico está compuesto por una serie de síntomas que pueden distraerte o invitarte a salir corriendo. ¡No lo hagas! Trata de cambiar tu estado mental para que puedas usar esa energía nerviosa a tu favor. Las pausas breves y las respiraciones profundas te servirán para hallar serenidad y oxigenar mejor tu cerebro.
A menudo, las personas quieren hablar el público con la intención de promover sus ideas, vender sus productos, para que compren sus libros o los sigan en las redes sociales. De acuerdo a Simon Sinek, quienes están en la audiencia identifican a estos “habladores” en pocos minutos. El resultado: se pierde el interés y la conexión con el orador.
Debido a nuestra naturaleza social, incluso en un escenario podemos darnos cuenta de quienes son aquellos que hablan para obtener algo y no para darlo. De hecho, la gente está más inclinada a confiar en alguien que ofrece valor, trata de inspirarlos y está dispuesto a enseñarles algo nuevo o innovador.
Aunque no tengas la costumbre de sonreír, esta práctica puede ser decisiva para conectar con tu audiencia y que valoren tu discurso. Varias investigaciones revelan que mostrarse sonriente hace que la gente te perciba como más inteligente. Incluso si se trata de un tema serio, este gesto calma a las personas y te hace alguien más fiable.
En cambio, sal al escenario con calma. Respira profundamente, encuentra tu lugar y espera unos segundos para empezar
Según Simon Sinek, no resulta conveniente salir al escenario y empezar a hablar en público de una vez. Debido a la ansiedad, es bastante común que las personas sientan que tienen que empezar rápido para sacudirse los nervios. El problema es que esto demuestra un poco de miedo escénico y algo de inseguridad.
Antes de hacer esto, es preferible salir al escenario sin apuro. Luego, respira profundamente, encuentra tu centro y espera unos segundos para comenzar. Es posible que esto te parezca algo extraño cuando lo haces por primera vez. El truco está en que esta actitud demuestra seguridad y que estás en control de la situación.
Cuando se trata de hablar en público, una cita de un experto reconocido, una estadística impactante o una historia personal son buenas formas de iniciar. Es fundamental encontrar una manera de atrapar a la audiencia una vez que empiezas a hablar para que esté más receptiva al mensaje. Así la das la oportunidad al público de ver cuál es tu vinculación emocional con el tema.Haz contacto visual con cada miembro de la audiencia
Aunque no lo pienses de manera consciente, escanear al público no es la mejor estrategia para crear conexión, sino todo lo contrario. Simon Sinek también enfatiza que es más efectivo mirar a ciertos miembros de la audiencia durante tu presentación. Dentro lo posible, debes dedicarles una frase o un pensamiento sin romper el contacto visual.
La esencia de esta técnica para hablar en público no es otra que crear una conversación con quienes te escuchan. Por eso debes tener presente que no les estás hablando a ellos, sino que estás conversando con ellos. Si quieres crear una identificación profunda y que se sienta, termina una frase, pasa a la siguiente persona y así sucesivamente.
El miedo a hablar en público se manifiesta como nervios, ansiedad, inseguridad y también acelera tu forma de expresarte. Simon Sinek comenta que las audiencias suelen ser más pacientes de lo que podríamos creer. En el fondo, los que te ven y escuchan quieren escuchar una charla interesante e inspiradora.
Aunque parezca imposible hablar muy lento durante una presentación, te recomiendo que de vez en cuando te tomes un tiempo, respires profundamente y sigas.
¿Por qué? Porque siempre hablarás más rápido de lo que crees que hablas, ya que los nervios (hasta que los controles) siempre te hacen "subir las revoluciones" instintivamente.
Graba un día un video de prueba dando una charla a algún familiar y verás la diferencia entre lo que crees y lo que realmente es. 😉
Otra de las técnicas para hablar en público que no puedes olvidar es la de dominar tu presencia en el escenario. Gran parte del impacto que vas a tener sobre la audiencia también depende de tus gestos, expresiones faciales y el lenguaje corporal. Piensa como una persona que no mueve los brazos al correr luce extraña. Así pasa cuando expresas demasiada rigidez.
Una presentación con los hombros encorvados, sin hacer contacto visual y con una postura decaída no tendrá el efecto que buscas. En cambio, tus palabras tendrán más resonancia si sonríes, sacas el pecho y utilizas movimientos expansivos. ¡La importancia de mover las manos radica en que sirven captar la atención de los oyentes!
Sabes bien que cuando vas a hablar en público están las expectativas propias y las del público. No dejes que los nervios te conviertan en un “parlanchín” sin control cuando quieres comunicar una idea. Obtienes mejor credibilidad siendo fiel a ti mismo y dejando relucir tu personalidad. Si la audiencia puede percibir que eres real, entonces estará más dispuesta a confiar en lo que dices.
En esencia, hablar en público consiste en contar algo que debería tener una parte introductoria atractiva, un buen desarrollo y un final digno de comentar. Una ayuda para lograr tu cometido es introducir pausas breves en momentos claves o después de terminada una parte del relato. Este suspense te permite atrapar aún más al público.
Las pausas también son importantes para calmar los nervios, agarrar aire y estar más presente dentro de lo que quieres transmitir. El silencio es un recurso no verbal que tiene un mensaje poderoso. Así que no temas parar de vez en cuando para crear un poco de tensión y suspense.
Esta manera de enfrentar el miedo a dar una presentación, implica que te concentres en las personas que ponen atención, asienten con la cabeza y están disfrutando lo que dices (¿te acuerdas del consejo número 12?). Durante la sesión, olvídate de aquellos que tienen los brazos cruzados, reniegan o tienen el ceño fruncido.
Para hablar en público sin ponerse nervioso hace falta identificar a aquellos miembros de la audiencia que están interactuando de forma positiva con presentación. Esta técnica te ayuda a tener más confianza y estar más relajado porque no estás pensando en tratar de convencer a quienes se muestran negativos.
Una manera efectiva de atrapar a la audiencia es usando una anécdota graciosa al principio o en algún momento de tu discurso. Un toque personal que te permite conectar un poco más con los asistentes y también te ayuda a generar simpatía.
Como estás tratando de contar una historia, estos episodios de comedia suelen ser bienvenidos. No se trata de ser un humorista consumado, sino de mostrar una habilidad social que está relacionada con el liderazgo y hace que la comunicación con los presentes no resulte tan pesada.
La estructuración de tu guión o speech debe estar enfocada en darle tu atención a la audiencia. Cuando lees una diapositiva o una nota, rompes con esa dinámica interpersonal. Recuerda que lo importante es mantener contacto visual y enfocarte sobre cómo te estás expresando. Te sugeriero que uses frases clave que te sirvan de recordatorio.
Gran parte de este trabajo debe estar sustentado en cierto nivel de memorización. Aunque expertos recomiendan dejar espacio a la improvisación, tenerlo grabado es de mucha ayuda. Esto va a ocurrir de forma inevitable cada vez que tengas una presentación. Piensa que estás ensayando una obra de teatro y tienes que aprender el papel para hablar en público con total confianza.
Cuando todo termina y sientes un gran alivio por los aplausos recibidos, es justo que te sientas agradecido por el cariño de la audiencia. Recibir aplausos del público es un regalo que expresa hasta cierto punto el nivel de identificación con lo que has dicho, la emoción por haber sido partícipes de la experiencia y un reconocimiento a tu esfuerzo.
Muchos oradores importantes, como Chris Gardner, Conrad Teitell, Miguel Angel Cornejo y más, cierran sus ponencias con un simple: Gracias. También puedes incluir una diapositiva con este mensaje y acompañarla de alguna de tus redes sociales, tu web o blog con la intención de reforzar tu branding personal.
Al igual que la lectura, la incorporación de material visual debe hacerse de manera precisa para no romper la conexión con el público. Puede que sea fantástico, pero si actúa como un distractor, no funciona. Recuerda la frase de "menos es más" cuando hagas tus diapositivas y concentrate en hacer pocas (o ninguna),.. que tengan punch.
El nerviosismo de estar frente al público puede llevarte a estas acciones que son contraproducentes. Decir frases como: “Podría estar equivocado, pero”, “Solo es mi opinión”, o “No estoy muy seguro”, no refleja precisamente mucha confianza. Puede que tus ideas no sean del agrado de muchos o que resulten controvertidas. Mientras estén bien fundamentadas, no tienes por qué disculparte.
¿Cuál es el sueño de cualquier orador? Tener a una audiencia enganchada, que se identifique con el mensaje. Uno de las técnicas más sencillas y efectivas a utilizar es hacer al público participe de la idea y no hay mejor forma que atraerlo a tu terreno. Hablar de nosotros audará a que "el público se ponga en tus zapatos".
Dar una charla o presentación puede ser una experiencia increíblemente enriquecedora. Por eso, intenta enfocarte en los aspectos positivos de hacerlo. Verás que simplemente con este pequeño cambio de perspectiva todo irá mucho mejor.
La mejor forma de hablar en público sin temor es adquirir la mayor cantidad de experiencia posible. Dicen que los mejores oradores han experimentado un poco de todo al enfrentarse a una audiencia. Esto también significa que debes aprovechar cualquier oportunidad para aprender a hablar en público con más confianza.
Además de no dejar de practicar, puedes escuchar a otras personas destacadas en el ámbito de la oratoria, como Chris Gardner, Tony Robbins, Ken Robins, Simon Sinek, Robert Kiyosaki, entre otros. Los Ted Talks también son un recurso extraordinario para ver el resultado de meses de preparación y perfeccionamiento encapsulados en pocos minutos.
Mientras que para una minoría hablar en público puede ser algo de todos los días, para una gran mayoría no es tan sencillo. De hecho, según estimaciones, un 75% de las personas sufre del mal conocido como glosofobia o miedo escénico.
No existe explicación precisa sobre por qué ocurre, pero hay 3 factores que podrían ser causantes de su manifestación:
No todos perciben la oratoria como algo terrorífico porque hay niveles que van de la fobia a una simple sensación de estrés o ansiedad. Sin importar dónde te encuentras en cuanto al miedo a hablar en público, te doy 6 simples pasos para superarlo:
Ya hemos cubierto muchos aspectos en este artículo, pero nos falta un último consejo para hablar en público. Nunca digas las siguientes frases ante una audiencia:
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Escrito por Natalia Gómez del Pozuelo, conferenciante, especializada en oratoria, comunicación y storytelling y escritora.