Como seres humanos, la comunicación es algo intrínseco en nosotros. Este es el proceso por medio del cual transmitimos un mensaje a uno o varios receptores utilizando un código específico como el idioma.
Existen muchas formas de comunicarse y una de ellas es utilizando la comunicación asertiva. Es probable que alguna vez hayas escuchado hablar de ella, pero de seguro no sabes bien de qué va y menos cómo desarrollarla.
Este es uno de los estilos de comunicación que más beneficios ofrece a nivel personal y profesional. Al tener una conducta asertiva se hace más sencillo relacionarse con los demás, al tiempo que dejas claro el valor que tienen tus ideas y pensamientos.
Por ello, se considera como la vía más adecuada para interactuar con las personas.
Cuando se habla de comunicación, nos referimos a la forma en la que se transmite un mensaje o una información entre un emisor y uno o varios receptores. Sin embargo, cuando se habla de comunicación asertiva entra en juego otro elemento y es la actitud del emisor en dicha comunicación.
La comunicación asertiva es un tipo de comunicación diseñada para transmitir un mensaje de manera mucho más eficaz, ya que las personas emiten sus opiniones desde el respeto hacia los demás, siempre de una manera pausada, pero clara y firme.
Por esta razón, la comunicación asertiva involucra elementos asociados con la comunicación verbal y no verbal como el tono de voz, el ritmo de habla, el lenguaje corporal o la inteligencia emocional.
También se le conoce como comunicación no violenta, un término desarrollado por el psicólogo Marshall Rosenberg. Este modelo de comunicación está muy relacionado con la empatía, por ello muchos le conocen como comunicación empática o colaborativa.
Expertos como Rosenberg señalan que la empatía es un principio fundamental en la comunicación, ya que según afirman detrás de nuestros actos hay una necesidad no satisfecha.
Por ello, el objetivo de este tipo de comunicación está en comprender nuestras propias necesidades y las de los demás, es decir, en ser empáticos.
Si te concentras en que tus necesidades, anhelos y esperanzas no se satisfagan a costa de frustrar estos aspectos, en otros no solo lograrás un comportamiento asertivo, sino también un mayor desarrollo personal.
Muchas veces las personas se enfocan en querer ganar discusiones, pero una comunicación adecuada deja este objetivo de lado.
La comunicación asertiva se presenta como una oportunidad para reinventar nuestra forma de relacionarnos con nuestro entorno. Y si hablas y escuchas desde el corazón para conectar con los demás y no para ganar o tener la razón, tu forma de relacionarte con el mundo cambiará totalmente y para bien.
Para entender mejor de qué se trata la comunicación asertiva es importante conocer bien la definición de asertividad. Es considerada una habilidad social y comunicativa en la que los mensajes se expresan a través de palabras y gestos que transmiten claridad y empatía.
Es ser capaz de comunicar las propias ideas de manera sincera y firme, al tiempo que se crea un ambiente positivo y libre de conflicto.
La asertividad es un término que se ubica en el medio entre la pasividad y la agresividad.
Una persona asertiva se caracteriza por ‘saber decir las cosas’. Esto implica ser capaces de pedir lo que nos corresponde o expresar nuestras ideas y pensamientos sin tener que pasar por encima de los demás, ni tratarlos de forma irrespetuosa.
Si quieres saber más sobre la asertividad, en este artículo encontrarás información detallada sobre esta competencia blanda que todos deberíamos tener.
Si quieres saber cómo desarrollar la comunicación asertiva es fundamental que sepas bien en qué consiste este tipo de comunicación y cuáles son sus características. Y es que para que te puedas expresar asertivamente en cualquier ámbito necesitas tener presente una serie de elementos psicológicos y emotivos como los siguientes.
Ser asertivo es mucho más que elegir bien las palabras para decir lo que se quiere. Para que la comunicación sea asertiva debes prestar atención a la posición de tu cuerpo. Por ello debes tener una postura corporal abierta, ya que esto generará confianza en el interlocutor, dado que transmitirás interés y sinceridad. También es fundamental que lo mires a los ojos porque con esto se aumenta la confianza y la cercanía con este.
Tus gestos dicen mucho de ti, así que es importante que observes los tuyos y aprendas a controlarlos. Ten en cuenta que los gestos con los que acompañas tus palabras pueden ayudarte o perjudicarte en la transmisión de tu mensaje. Lo ideal es que tus gestos refuercen el mensaje que quieres dar y no que transmitan lo contrario y confundan o distraigan a tu interlocutor.
Otra característica de la comunicación asertiva es la articulación, es decir, la manera en la que pronuncias las palabras. El tono de voz y la cadencia de la oración también tienen una gran incidencia en la comunicación. Ten en cuenta que para que las personas te entiendan debes hablar con claridad y no dejar palabras a medio pronunciar o decir oraciones demasiado rápido. Esto podría hacer que el interlocutor se desanime y no te escuche.
Para tener un lenguaje asertivo también es importante prestar atención al tiempo que inviertes hablando y escuchando a los demás. Recuerda que si hablas mucho el interlocutor podría pensar que simplemente quieres decir lo que piensas sin dar espacio a que otros se expresen. Y esto podría transmitir indiferencia al otro. Debes escuchar lo que te dicen con atención y no simplemente esperar el turno para volver a decir algo.
Tener una conversación importante en la calle o en un lugar ruidoso no es lo más adecuado. Lo más recomendable es elegir un lugar que además de seguro sea tranquilo, ya que en estos ambientes las personas suelen mostrarse más comprensivas y abiertas a un diálogo calmado y positivo.
Además de las características de este tipo de comunicación, las personas también deben tener ciertas características para ser asertivos. Se trata, sobre todo, de habilidades blandas o habilidades sociales. Estas son las más importantes:
Una persona asertiva es sincera. Y es que no hay manera de tener una comunicación asertiva si no eres capaz de expresar de forma honesta lo que sientes y piensas. La sinceridad está íntimamente relacionada con la autenticidad y también con la valentía. Es necesario ser auténticos y valientes para expresar tus pensamientos y sentimientos sin miedo a lo que otros podrían pensar de nosotros.
Otra característica de las personas asertivas es la compasión. Si tienes esta cualidad serás capaz de comunicarte con calma y ser más empático con las personas cuando estas cometen errores o no cumplen con las expectativas. Si eres compasivo, será más fácil que te pongas en los zapatos de los demás.
Para desarrollar una comunicación asertiva necesitas entrar en contacto tanto con tus emociones como con las de los demás. Por ello, las personas asertivas deben ser conscientes de sus propias emociones y saber regularlas para que en situaciones de conflicto no terminen comunicándose en piloto automático. De ser así, sus expresiones estarían dominadas por la rabia, el miedo, la frustración o el dolor.
Ser capaz de decir lo que se piensa y se siente sin miedo, pero siempre de forma respetuosa implica tener una alta autoestima. La mezcla entre firmeza y calma que caracteriza la comunicación asertiva es consecuencia de la confianza que tenemos en nosotros mismos. No se trata de sentirte superior ni inferior a los demás, sino más bien de sentirte valioso y único, y por ello ser capaz de defender tus ideas.
Nadie nace siendo asertivo. Pero las personas que quieren desarrollar la comunicación asertiva saben que deben trabajar cada día para ser mejores en su comunicación. Usan diferentes técnicas y andan en búsqueda de nuevas dinámicas de asertividad.
El lenguaje se compone de tres elementos, los cuales deben combinarse para conseguir una correcta comunicación asertiva. Se trata de la comunicación verbal, no verbal y paraverbal.
Este tipo de comunicación tiene que ver con lo dicho, es decir, con las palabras que utilizas para transmitir tu mensaje y la forma en la que lo estructuras. Una persona asertiva debe saber escoger bien sus palabras para construir bien sus oraciones. La comunicación verbal puede darse de forma escrita u oral.
Es el tipo de comunicación que tiene que ver con los aspectos que rodean al lenguaje como las expresiones de tu rostro, tus movimientos, tu postura, el contacto visual, entre otras cosas. Estos elementos tienen una incidencia en el acto comunicativo, pero no están asociados con los procesos lingüísticos.
La comunicación paraverbal es una mezcla entre la comunicación verbal y no verbal. Tiene que ver los elementos que acompañan a la formulación del mensaje, por lo que forman parte del hecho comunicativo.
Este tipo de comunicación refleja la manera en cómo suena tu mensaje, por ello se relaciona con el tono de voz, la velocidad al hablar, la articulación, las pausas que realizas, entre otras cosas.
La comunicación asertiva se basa en el respeto de las ideas, tanto de las propias como las de los demás. Tiene que ver con poder expresar pensamientos y emociones de forma honesta, directa, empática y respetuosa, sin juzgar ni culpar a otros.
Para desarrollar este tipo de comunicación necesitas seguir una serie de pasos que te permitirán ordenar y presentar de manera sistemática lo que quieres transmitir a tu interlocutor, sobre todo cuando hay emociones de por medio que podrían influir en el mensaje.
Para ser una persona asertiva debes separar tus observaciones de tus evaluaciones. Esto significa que debes hacer una descripción de los hechos sin emitir un juicio o hacer una interpretación de ellos. Tu trabajo es explicar de forma objetiva lo observado. De no ser así, el interlocutor notará que emites un juicio personal y dejará de escucharte. Si no añades observaciones personales aumentarás las probabilidades de que te escuchen.
Los sentimientos que tenemos son la única realidad que no admite discusión. Por ello, el segundo paso en la comunicación no violenta es decir lo que necesito para no sentirme triste, avergonzado, con rabia, preocupado, etc. Recuerda que los actos de las personas y algunas situaciones nos provocan ciertas emociones y solo si logras identificarlas y mostrarlas podrás expresar tu realidad más interna. Se ha demostrado que la expresión de sentimientos es la forma más eficaz de generar empatía, que es la base de la asertividad.
Este es quizá el paso más difícil, pero es la llave de la comunicación asertiva. Tus necesidades están relacionadas con tus sentimientos, ya que estos se crean a partir de tus necesidades. Es decir, cuando tus necesidades están satisfechas te sientes bien y cuando no están satisfechas te sientes mal. Comprender lo que necesitas tú y también los demás te ayudará a mejorar las relaciones personales.
El último paso para una comunicación asertiva es expresar con claridad lo que quieres o lo que esperas de los demás. Una vez que identificas tus sentimientos y el comportamiento que podría satisfacer tus necesidades, debes expresarlo de forma clara y honesta. Debes centrarte en lo que quieres y ser lo más específico que puedas. De esta manera, tus peticiones se convertirán en acciones concretas que los demás puedan llevar a cabo. Ten en cuenta que mientras más claro y preciso seas, habrá más probabilidades de que satisfagan tus necesidades.
Existen ciertas técnicas de comunicación que te ayudarán a ser una persona más asertiva. Si las aplicas podrías mejorar este tipo de comunicación y tener relaciones personales y laborales más satisfactorias, al tiempo que te sientes más feliz y tranquilo con tu vida.
Esta es una de las estrategias más usadas por quienes quieren practicar la comunicación asertiva. La técnica del disco rayado se basa en repetir una afirmación varias veces, siempre con el mismo tono de voz, volumen y ritmo. El punto es seguir firmes en nuestro argumento, pero tratando de decirlo siempre de manera respetuosa sin intención de tener una confrontación.
Otra de las técnicas asertivas que te servirán para comunicarte mejor es el acuerdo asertivo. Esto implica tratar de alejar el error de la situación para darle importancia a lo que realmente lo tiene. Esto implica admitir el error primeramente para avanzar con lo demás. Ten en cuenta que, si no admites tu equivocación, podrías empeorar el ánimo de la conversación y serías poco asertivo.
Esta es una técnica que consiste en mostrarse de acuerdo con los argumentos del interlocutor (o con algunos), aunque sin cambiar la propia postura. Esto ayudará a que la persona sienta que empatizamos con ella porque parece que cedemos un poco. Sin embargo, es una forma de tomar impulso para que la otra parte esté más abierta a entender lo que proponemos.
Es una de las técnicas de asertividad que se utiliza cuando el interlocutor tiene una comunicación agresiva o está alterado. En esos casos lo mejor es intentar retrasar la conversación para después. Así podrían hablar cuando ambos tengan una mejor predisposición para el diálogo.
No todo se puede resolver en el momento. Por ello, una técnica muy útil en la comunicación asertiva es el aplazamiento. Es decir, anotar consultas o críticas para ser abordadas en otro momento cuando se tengan las respuestas o mayor tiempo para discutirlas. Es una estrategia muy usada en reuniones de trabajo en la empresa.
Tener una comunicación asertiva trae muchos beneficios tanto a nivel personal como laboral. Una vez que has entendido los estilos de comunicación (pasiva, agresiva y asertiva) es recomendable que intentes aplicar algunas dinámicas de comunicación que te ayudarán a impactar de forma positiva en tus relaciones.
Estas son algunas de las estrategias más recomendadas para mejorar tu asertividad y con ello la forma de comunicarte con otros.
Cuando hablas en primera persona te haces responsable de lo que piensas y sientes y no denotas juicio o culpas hacia los demás. Además, hablar de esta forma también deja claro que reconoces que tus opiniones y creencias no son la verdad absoluta, pero sí tu manera de interpretar la realidad y que aún así sigue siendo válido (al menos para ti).
Por ello, se recomienda usar frases como ‘yo pienso’, ‘yo opino’, ‘yo necesito’, ‘me da la impresión’, ‘desde mi experiencia’, entre otras. Recuerda que si empiezas tus frases con tú o usted el mensaje podría sonar acusatorio y el interlocutor podría ponerse a la defensiva, lo que significa que no escuchará de forma objetiva lo que intentas decirle.
Otra dinámica de comunicación asertiva es eliminar de tu vocabulario las palabras que generalizan tal como ‘todos, ‘nunca’, ‘siempre’ o ‘nadie’. Al utilizar estos términos dejas de ser preciso. Es por esto que lo más recomendable es que describas la situación específica y les hables solo a los involucrados.
Para que las técnicas de comunicación asertiva funcionen deben ir acompañadas por un lenguaje no verbal asertivo. Esto implica tener una correcta postura, expresiones de tu rostro positivas y gestos que vayan en consonancia con los que estás diciendo para que refuercen tu mensaje. Algunos especialistas aseguran que, en sus sesiones de coaching, muchas veces las personas utilizan palabras asertivas, pero aún así producen un efecto negativo en las personas. Esto se debe a que su lenguaje verbal no es asertivo.
Para tener un lenguaje no verbal asertivo debes mirar a los ojos a tu interlocutor y hacer contacto visual de forma regular. También debes tener una buena postura, con la columna recta y el cuerpo relajado, sin signos de tensión. Asimismo, debes tratar de que tu cuerpo esté de frente a la persona con la que hablas y asegurarte de que la expresión de tu rostro y tus gestos sean coherentes con tu mensaje.
La práctica hace al maestro y esto aplica a muchas cosas. En las conversaciones donde se tocan temas difíciles o sensibles, las habilidades asertivas son esenciales. Pero para asegurarte de que realmente las dominas, puedes prepararte antes de dialogar practicando tu lenguaje verbal, no verbal y paraverbal.
Para ello se recomienda visualizar cómo sería la conversación, escribir lo que quieres decir y luego practicando cómo te expresarías. Puedes observarte, ya sea ensayando la conversación frente al espejo o grabar un vídeo para evaluar bien cómo te vería tu interlocutor y así determinar si realmente estás trabajando en una comunicación asertiva.
Este es un término que tiene que ver con la disposición de los interlocutores de tener una conversación. Para comunicarse asertivamente es necesario que todos los involucrados tengan buena disposición emocional y mental para llevar a cabo la interacción. Ten en cuenta que si hablan cuando están ocupados, apurados, enojados o cansados, las probabilidades de tener una conversación exitosa disminuyen.
Si quieres tener una conversación importante con alguien, hazle saber de tus deseos y pregunta si es buen momento para hacerlo. Si no lo es, entonces pueden acordar un momento para hacerlo en el que ambos tengan el tiempo y la disposición.
Existen tres tipos de comunicación: pasiva, agresiva y asertiva. Este último es un punto intermedio entre las dos primeras y es considerada la mejor forma de comunicación porque permite expresar lo que se siente y se piensa, pero siempre de manera respetuosa y empática hacia los demás.
Para entender un poco más sobre estos tipos de comunicación te mostraremos algunos ejemplos de comportamientos pasivos, agresivos y asertivos. También encontrarás situaciones concretas que pueden abordarse de maneras diferentes según el tipo de comunicación que elijas.
La comunicación asertiva es ya un estilo de comunicación. Sin embargo, dentro de este tipo de interacción se pueden encontrar otras clasificaciones dependiendo del lugar donde se ponga en práctica. Por ello, se puede decir que los dos estilos de comunicación asertiva más importantes son las que se dan en el trabajo y las que se dan en la familia.
Ser asertivo en el trabajo ofrece muchos beneficios porque hace que este lugar sea mucho más agradable para todos. Si eres un buen comunicador, no solo crearás confianza y un ambiente de respeto, sino que incluso podrás aumentar tu liderazgo, dado que estarás en capacidad de solventar problemas de una manera más eficiente.
Con la comunicación asertiva también podrás minimizar situaciones estresantes que suelen presentarse en el núcleo familiar. Además, es importante desarrollar esta habilidad desde pequeños, ya que es algo que nos ayudará en nuestra comunicación de adultos.
Los libros pueden ser de gran ayuda para mejorar nuestra comunicación con los demás. Si quieres ser más asertivo, algunos textos podrían ayudarte a implementar este estilo en tus interacciones y con ello mejorar tus relaciones personales y laborales. Entre ellos encontramos: