El primer hábito que se señala en el famoso libro ‘Los 7 hábitos de las personas altamente efectivas’ es precisamente el de ser proactivo. Esta es una habilidad que no todos tenemos, pero que se puede conseguir con la práctica y que bien vale la pena tener, ya que la proactividad es un concepto que está directamente asociado con el éxito.
Esto significa que, si eres una persona proactiva, probablemente te irá mejor en el trabajo e incluso en tu vida personal. ¿La razón? Ser proactivo significa tener iniciativa, ser responsable, anticiparse a los hechos, tomar decisiones más acertadas y trabajar arduamente para lograr los objetivos propuestos. Pero, ¿realmente es posible serlo? ¿Qué cualidades hay que tener?
Antes que todo es importante tener bien claro qué significa ser una persona proactiva. Según el diccionario, es tomar activamente el control y decidir qué hacer en cada momento, anticipándose a las situaciones que puedan acaecer.
La definición de proactividad, por su parte, es básicamente tener una actitud proactiva. Pero dado que es un concepto que está ligado a la psicología del trabajo, también se suele definir como la actitud en la que se asume pleno control de la propia conducta y se toman iniciativas para desarrollar actividades creativas que puedan traer mejoras en el entorno laboral.
Ahora que conoces el significado de proactividad, de seguro te estás preguntando cómo hacer para tener un carácter proactivo y cuáles son las cualidades de una persona proactiva. A continuación, te lo contamos:
Para ser proactivo hay que ser una persona activa. Esto significa buscar la acción, tener pasión por la resolución de problemas o tener iniciativas que ayuden a evitar que se presenten los mismos.
Las personas proactivas siempre están moviéndose para solucionar problemas y para lograrlo el lenguaje positivo es clave. Las quejas no tienen cabida en su mundo, ya que siempre ven oportunidades de crecer incluso en las situaciones complicadas. Además, expresarse con optimismo hace que las personas alrededor tengan mayor disponibilidad a buscar soluciones en conjunto.
Existen muchas habilidades blandas, como expresarse de una manera positiva, que están relacionadas con la proactividad. Si quieres aprender más sobre este tipo de competencias, no dudes en visitar el siguiente artículo.
Una de sus principales virtudes es prever, y esto significa mirar al futuro. Por ello, más que centrarse en las tareas inmediatas, intentan anticiparse a las necesidades futuras. Es por esto que la proactividad está asociada al liderazgo.
Para ser proactivo hay que ir más allá de las soluciones típicas. Por ello, este tipo de perfil tiene la capacidad de resolver cualquier situación que se les presente de manera imprevista sin que esto afecte su dinámica diaria. Y si es necesario aplican estrategias no conocidas para solucionar los problemas.
Una persona con autocontrol, segura de sí misma y capaz de escuchar las ideas de otros inspira respeto y confianza. Esto hace, además, que tengan un gran poder de persuasión porque logra que sus palabras sean tenidas en cuenta.
La proactividad no implica ser perfecto o no equivocarse nunca. Las críticas pueden existir, pero una persona proactiva, en lugar de tomarlo como una ofensa personal, lo toma como una oportunidad para aprender y mejorar.
Las personas con ideas y posturas rígidas difícilmente podrán alcanzar soluciones nuevas e innovadoras. Por ello, son flexibles y tienen la capacidad de adaptarse a diferentes situaciones para anticiparse a los problemas y solventarlos.
Así como existen las personas proactivas, también existen las reactivas. Es importante tener claro en qué se diferencian para entender mejor este término. Ser reactivo es básicamente la antítesis de ser proactivo y es importante que entiendas cada concepto para que determines a qué grupo perteneces.
Una persona reactiva no tiene iniciativa para prever situaciones o solventar problemas, sino que espera a que las cosas sucedan para reaccionar. Es decir, implica una actitud pasiva ante la vida, con una conducta influenciada por las emociones, en la que se cede el control a los demás y se espera que las circunstancias estén dadas para hacer algo.
Quienes tienen una actitud reactiva también se desesperan y se frustran con facilidad. Encuentran un problema en todo y lo toman como excusa para no alcanzar sus metas. Para ellos el entorno siempre les pone trabas. Además, suelen usar frases como “no me han dado las instrucciones”, “podría alcanzar las metas si tuviese…”, “mi jefe no me ha pedido que haga eso”, entre muchas otras.
Las personas reactivas son dependientes, a diferencia de las proactivas que son independientes. Estas no esperan a que las cosas sucedan, sino que hacen que sucedan moviendo todos los hilos necesarios para que así sea. Una actitud proactiva también implica no dejarse afectar por las emociones como la frustración, sino en seguir adelante y buscar soluciones.
Para entender mejor las diferencias entre las personas proactivas y las reactivas puedes prestar atención al lenguaje que usan. Las palabras que escogemos al hablar dicen mucho más de lo que aparentemente se quiere decir. Así que, si analizas un poco tus frases o las de las personas que te rodean, podrás saber a qué tipo pertenecen.
Una de las ‘habilidades’ o cualidades que más buscan los responsables de Recursos Humanos en un empleado es la proactividad. Y es que esta es una característica que se asocia con el éxito y productividad. Por ello, las empresas suelen buscar en sus perfiles profesionales con este tipo de carácter.
Y es que, ¿qué organización no necesita un trabajador con iniciativa propia, con muchas ideas y dispuesto a afrontar todo tipo de retos profesionales? Los empleadores valoran enormemente a los empleados creativos y con objetivos claros porque saben que pueden aportar mucho a los equipos de trabajo.
La proactividad está muy relacionada con el éxito profesional. De hecho, se han publicado varios trabajos sobre esta relación, y estos han revelado que el carácter proactivo tiene consecuencias positivas demostrables para las organizaciones y los empleados. Además, resulta ser un factor determinante para poder sobrevivir en un entorno laboral tan competitivo y cambiante como el actual.
Ser una persona proactiva definitivamente te acercará más al éxito. No solo te sentirás mejor al hacer un trabajo de calidad, sino que además demostrarás tu capacidad de liderazgo dentro de la compañía. Siendo la productividad una de las aptitudes para un currículum que llame la atención, es importante que sepas cómo puedes alcanzar la proactividad en el trabajo.
Un aspecto clave de la proactividad es anticiparse a los problemas. Por ello, debes pensar en las situaciones que pudieran ocurrir en la jornada e idear planes para poner en marcha para cada tipo de complicación. Y como es imposible prever todos los escenarios, también debes tener la capacidad de reaccionar rápidamente en caso de ser necesario.
No puedes llegar a ningún lugar si no tienes claro a dónde vas. Así que debes trazarte objetivos y tareas a corto plazo y establecer cómo podrías resolverlos de una forma productiva. Es importante que analices si lo que estás haciendo en este momento te va a llevar a cumplir las metas que te has planteado.
La procrastinación es una de las cosas que dificulta la proactividad. Es importante que hagas tus tareas pendientes al momento, sin postergar. Puedes utilizar técnicas de productividad como el ‘Método Pomodoro’ para establecer tiempos para la consecución de tus tareas.
Una persona proactiva ya ha analizado posibles escenarios para así darle solución a cada problema que se le presenta. Pero lo mejor es ser capaz de anticiparlos para así poder prevenirlos. De esta manera podrás evitar que un pequeño inconveniente se convierta en un dolor de cabeza.
Ser proactivo también significa saber a qué dedicarle tiempo y a qué no. Si eres jefe o el líder de un grupo debes saber delegar de forma eficiente algunas tareas a tu equipo de trabajo. Es importante que hagas las asignaciones teniendo en cuenta la jerarquía, responsabilidades y actitudes de cada persona.
La organización es clave para ser proactivo. Es por esto que debes llevar una agenda con todas las fechas importantes, sea de reuniones, entregas, entrevistas, etc. Puede ser manual o automatizada. Esta última tiene la ventaja de que puedes establecer recordatorios y alarmas que te ayudarán a estar más alerta.
Hoy en día la competencia a nivel profesional es enorme. No basta con que seas una persona proactiva en tu trabajo, sino que también debes contar con la correcta formación. Así que es fundamental que te mantengas actualizado sobre las nuevas tendencias y capacitaciones relacionadas con tu carrera.
Rendirse no es una palabra que esté en el diccionario de las personas proactivas. Los malos resultados no son nunca una razón para darse por vencido. Al contrario, debes ser siempre perseverante y esforzarte al máximo para mejorar. Si algo te sale mal, la clave está en cambiar la estrategia hasta que salga bien.
Un trabajador proactivo confía en sus capacidades y se muestra seguro ante los demás. Debes dejar las inseguridades a un lado y no tener miedo a decir lo que piensas y a exponer tus ideas. Esta, de hecho, es una forma de que tus superiores vean que tienes iniciativa y ganas de hacer las cosas bien.
El estrés es el peor consejero en el trabajo. Si te dejas afectar por el entorno y permites que tus labores se conviertan en una rutina, acabarás con la creatividad. Por ello debes trabajar siempre con empeño y optimismo.
Cada objetivo o meta planteada debe tener una evaluación. Es importante que tomes nota de lo que te ha funcionado para saber qué puedes seguir haciendo y qué deberías cambiar.
Una de las claves de la proactividad es precisamente el tener iniciativa. Por esta razón no puedes limitarte a hacer solo lo que te piden y marcharte a casa sin más. Las organizaciones valoran la participación activa de los empleados, ya que esto significa que están comprometidos con el éxito de la empresa. Una persona proactiva es observadora y se involucra en los problemas que surgen para aportar soluciones.
Cuidar que tu entorno de trabajo sea siempre agradable es esencial para ser una persona proactiva. Así que, si se llegara a presentar un problema en el trato con tu jefe o con un compañero de trabajo, debes actuar con serenidad. Respira de forma consciente para que puedas estar más tranquilo y aclara la situación de inmediato.
Las personas proactivas se hacen responsables de sus errores o faltas. Debes saber que reconocer un error no significa que seas menos eficiente, sino más bien mucho más correcto y empático.
La motivación es clave. Debe gustarte lo que haces y buscar formas de hacer que el entorno sea lo más agradable posible.
Ser proactivo es una habilidad que te servirá no solo a nivel profesional y laboral, sino también en tu día a día. Es una manera más eficiente de enfrentar los retos que se te presentan y de llevar la vida de una manera más positiva, algo que influirá en ti y en quienes te rodean.
excelente
Me ha encantado
Gracias Esther! Espero que te haya servido de ayuda! 🙂